Partimos de una visión del cuerpo humano como una maquina diseñada para movernos constantemente, hacerlo de forma que nuestro cuerpo se mantenga dentro de un estado de equilibrio saludable.
El ser humano necesita de movimiento constantemente, lo cual implica la aparición del concepto más importante para nosotros como es la “eficacia del movimiento” y que esta va estar relacionado con la capacidad del cuerpo para producir y controlar fuerzas.
Este concepto va ser limitante tanto para un deportista de cualquier disciplina, un o una oficinista, una persona de la tercera edad o un niño o niña
Es por esto que nuestros procesos de entrenamiento van encaminados a detectar las necesidades de cada persona y a partir de hay seguir unos criterios de progresión basándonos en la pirámide de rendimiento de prestigiosos autores del mundo del entrenamiento como Michael Boyle o Gray Cook.
La base, movimiento óptimo. Es necesario contar con la correcta movilidad y estabilidad para sustentar las capacidades físicas básicas.
En la mitad de la pirámide, la fuerza como capacidad física básica sustenta las demás y va favorecer optimas manifestaciones (velocidad, potencia, resistencia…).
En la cúspide de la pirámide, las habilidades y destrezas del movimiento, específicas de cada deporte.
Rodeando a la pirámide y dándoles sustento consideramos imprescindible el correcto equilibrio con una alimentación óptima, una buena gestión del ratio trabajo descanso para favorecer las adaptaciones y los procesos regenerativos
El entrenamiento invisible que envolvería a estos dos y que hace énfasis a esos buenos hábitos que van propiciar un clima perfecto para la obtener adaptaciones favorables. Y el estado psicosocial que favorecerá climas de trabajo con mayor motivación y mejor predisposición.
Entendemos la suma de todo esto como lago primordial puesto que consideremos que el rendimiento es multifactorial y el intentar aproximarnos a manejar ese 100 por cien va atender a multitud de variables.
Esta pirámide va ser nuestra guía general a la hora de priorizar contenidos y poder dar volumen de contenidos a las sesiones. Atendiendo a la frase expuesta por Gray Cook y haciéndola nuestra como frase muy representativa a nuestra metodología “Primero muévete bien y luego muévete mucho”